La migración es un tema que ha ocupado a la comunidad mundial durante décadas y que cobra cada vez más importancia. En particular, en los últimos años, los movimientos de personas atravesando las fronteras nacionales han aumentado drásticamente, lo que tiene impactos económicos, sociales y políticos profundos tanto en los países de origen como en los de destino. La Unión Europea, un importante destino para muchos migrantes, ha experimentado un aumento significativo en el número de inmigrantes de 2013 a 2022. En 2022, la cantidad de inmigrantes de países no pertenecientes a la UE alcanzó su punto máximo con más de cinco millones de personas, mientras que el número de emigrantes de la UE fue considerablemente más bajo. Este desequilibrio resulta en un saldo migratorio positivo, generando enormes retos y tensiones para los sistemas económicos de los países receptores.
Al mismo tiempo, las estadísticas globales de refugiados muestran que el número de desplazados internos y de refugiados bajo el mandato de ACNUR continúa en aumento. En 2023, se registraron a nivel mundial 67.08 millones de desplazados internos, un aumento alarmante en comparación con los años anteriores. Estas cifras evidencian la magnitud de la crisis migratoria mundial, que no sólo se debe a conflictos e inestabilidad política, sino también a desigualdades económicas y desastres medioambientales.