Se estima que en el año 2050 habrá aproximadamente diez mil millones de personas viviendo en la Tierra, la mayoría de ellas en áreas urbanas. Es un buen motivo para reflexionar sobre cómo el mundo puede alimentar a tanta gente y enfrentar la realidad de que debemos explorar nuevas vías. Los efectos del cambio climático afectan especialmente a la agricultura: olas de calor, sequías extremas y cambios en las precipitaciones reducen la productividad de los cultivos. Una consecuencia sería agrandar las áreas de cultivo, un espiral negativo, ya que la deforestación y el funcionamiento de monocultivos contribuyen al calentamiento global. Por otro lado, la agricultura es uno de los principales responsables del cambio climático, ya que la producción de alimentos emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero y consume una cuarta parte del agua dulce mundial.
La demanda de alimentos aumentará en aproximadamente un 60 por ciento para 2050
Más personas significa una creciente demanda de alimentos. Para no seguir fomentando el calentamiento global a través de la agricultura y la ganadería y el consecuente consumo de recursos, es necesario que se siga investigando en búsqueda de alternativas posibles. Es un hecho que si la población mundial reduce su actual muy alto consumo de carne, se daría un gran paso hacia el logro de los objetivos climáticos de París. Como personas, debemos aprender a utilizar alimentos cuya producción consuma menos recursos, pero mantenga la misma calidad e ingredientes saludables.